Mis padres eran jóvenes. Mi padre trabajaba en la Central Nuclear Embalse y mi madre era Maestra de Nivel Primario. Sin embargo, ellos sabían la carga de no poder engendrar hijos era algo que no debían llevar.
Si bien a mi madre le habían diagnosticado Brucelosis y en dos oportunidades ello le produjo pérdidas de embarazo, mis padres sabían que Dios se manifiesta como Todopoderoso y Sanador en Su Palabra. Dios mismo es quien ha prometido que "No habrá entre su pueblo mujer estéril ni mujer que aborte".
Fueron años de prueba y de fe. Mientras mi madre hacía todos los días la oración de Ana, madre del profeta Samuel, "Si tu me das un hijo lo consagraré a tí para que te sirva todos los días de su vida", mi padre se aferraba a la promesa del Señor de que no habría mujer estéril en su pueblo.
Un día, leyendo acerca de Bernabé, cuyo nombre significa "Hijo de Consolación", mi padre pactó con Dios que si tenían un hijo su numbre sería Bernabé. Ese Bernabé es quien ha escrito las líneas que tu lees en este blog.
Puedo decir que Dios obra milagros, que es fiel a los que le obedecen porque le aman y le sirven con fe, confiando mas allá de lo que cualquier hombre pueda pronosticar, pues Él es Dios.
Dios no es deudor de nadie.-
Dos embarazos perdió mi madre por su enfermedad. Cuando Dios la sanó, respondió las oraciones. Sin emabrgo, el clamor era por "un hijo" y Dios obró un embarazo gemelar univitelino. Es decir, no nací como la mayoría de los seres humanos. No nací de forma natural y mucho menos como la mayoría de los seres humanos. Yo tengo un hermano gemelo.
Solo los que son gemelos podrán entender que es muy fuerte el lazo gemelar. Yo soy gemelo univitelino, eso quiere decir que estuvimos 9 meses en la misma bolsa y en la misma placenta hasta la hora de nacer.
Hoy en día tengo 4 hermanos. Juan pablo, mi hermano gemelo; Luciano Gabriel; Jorge Héctor y Luz Abigail.
He aquí que la que lloraba de dolor ríe de gozo, y la que no podía abrazar hijos hoy tiene cinco.
